martes, 22 de febrero de 2011

SEIS CLAVES PARA CAMBIAR CASI TODO

Los gerentes son instrumentos de cambios profundos en las organizaciones y muchas veces les cuesta implementarlos debido a una falta de conocimiento  de cómo hacerlos efectivos, por la resistencia que consiguen en los miembros de la empresa o porque son ejecutivos que personalmente no saben como manejar los cambios.

En este artículo Tony Schwartz, publicado  el 17-01-2011 en Harvard Business Review, indica que el cambio puede ser duro y difícil.
El autor señala que las resoluciones del nuevo año casi siempre no se cumplen pero que en su Proyecto de Energía ha desarrollado una nueva manera de implementar cambios que ha mostrado ser poderosa y duradera en el tiempo, tanto en la vida personal como en el funcionamiento de las organizaciones.
El método se basa en el reconocimiento de que los seres humanos son criaturas de hábitos. De acuerdo a Schwartz, un 95% de nuestros comportamientos son habituales y responden a un fuerte estímulo externo y sólo un 5% de nuestros comportamientos son seleccionados de una manera consciente.
La mayoría de nosotros sobrevaloramos nuestro empeño y disciplina pero para implementar cambios duraderos, debemos depender menos de nuestra corteza pre frontal y más de las partes primitivas del  cerebro donde los hábitos son formados. A medida que los comportamientos son ritualizados y rutinizados – en la forma de práctica deliberada – requieren menos energía para su implementación y su recurrencia es automática.
A continuación se presentan las seis claves propuestas por Schwartz para un cambio duradero:
1.   Ser altamente precisos y específicos: las metas deben contener las actividades, fechas y horas. De esta manera hay más control y la toma de decisiones es más precisa lo que augura un mayor éxito.
2.   Tomar un nuevo reto en cada momento: Es necesario planificar las rutinas y prácticas diarias con el tiempo correspondiente de manera de no saltar ninguna actividad y cumplir con lo programado. En cada caso, es necesario enfocarse en la práctica. Los seres humanos tienen un mejor performance cuando realizan una tarea en el momento programado y de manera secuencial.
3.    Ni mucho, ni muy poco: el error más común que cometemos cuando tratamos de cambiar algo es que tratamos de hacer más de lo que realmente podemos hacer. También es común caer en el otro extremo, hacer menos de lo que podemos hacer. La única manera de realmente crecer es retar la propia zona de confort y utilizar todo nuestro potencial para avanzar hacia nuevo logros.
4.    Lo que resistimos, persiste: eventualmente, fallamos contra nuestra reserva de auto control ante un estímulo externo como una buena comida, una buena bebida, la revisión de correos en el momento menos adecuado, etc. La respuesta razonable es evitar la tentación. Es necesario realizar las actividades programadas, manteniendo la planificación. Esto permitirá que pensemos menos en lo que tenemos que hacer, ayudándonos a ser más proactivos, y por ende, más exitosos.
5.   Compromisos competitivos: Todos sentimos un sentimiento de confort y seguridad cuando realizamos algo que siempre hacemos aunque no esté funcionando. Aún cuando el deseo de cambiar sea muy fuerte, esto es contrarrestado por un deseo de no cambiar.
Una forma de traer a la superficie el compromiso competitivo es pensar en un cambio que queremos hacer. Preguntémonos que estamos haciendo para cambiar, si estamos tratando de enfocarnos en las prioridades. Para cada esfuerzo por cambiar, es clave traer a la superficie el compromiso competitivo y preguntarnos ¿Cómo podemos diseñar esta práctica de manera que podamos obtener los beneficios deseados y minimizar los costos que ésta pueda acarrear?
6.  Mantener la Fe.  El cambio es duro y es doloroso. Muchas veces experimentamos el fracaso. La persona promedio realiza un esfuerzo de cambio seis veces antes de comenzar. Es por lo tanto necesario seguir los pasos antes indicados para implementar los cambios con éxito.

Los ejecutivos deben comenzar con hacer cambios en su vida personal, aplicando las claves antes indicadas donde se busca crear hábitos que agilizen las actividades diarias del gerente.  Si el gerente puede cambiar, también puede cambiar su organización. Hay que empezar con cambios pequeños para luego enfentar los retos que trae la globalización y digitalización.
Fuente:
Harvard Business Review link:

miércoles, 16 de febrero de 2011

EL ROMBO FILOSÓFICO

Dentro de las lecturas a revisar para la Clase I de Teoría y Praxis de la Gerencia destaca la relacionada con los Fundamentos del Pensamiento y Prácticas Administrativas.  Allí se desarrolla el tema del Rombo Filosófico, propuesto por la Profesora Renée Bédard en 1996. 
Según Bédard, el Rombo Filosófico comprende cuatro dimensiones filosóficas: la praxeología, la epistemología, la axiología y ontología.
La praxeología presenta una parte visible y sensible que puede ser percibida por la vista y el resto de los sentidos. Estudia las prácticas y conductas de las personas. Las palabras que la describen son creación, actuar-conducir, crear-producir-fabricar materiales, herramientas, obras, resultados y habilidades.
La epistemología es el lugar donde un problema es proyectado, circunscrito, efectuado. Soporta toda la teoría del conocimiento. Estudia el conocimiento en general y las ciencias como modalidad y como tipo particular de conocimiento. Su fin es buscar la VERDAD, aunque en este momento los términos utilizados son la VALIDEZ y FIABILIDAD. Los términos que incluye son validación, proceso crítico, procedimiento de validación, metodología y teoría del conocimiento.
La axiología cubre el campo de los valores individuales y colectivos, es decir, los valores morales y culturales así como el principio que determina las costumbres. Comprende la ética y la moral. El valor determina lo que es valedero o sea aceptable, admisible, bien fundado, digno de ser creído y ejecutado. Los descriptores de este término son legitimación, valores personales, sociales y culturales.
La ontología nos lleva al conocimiento del ser y trata los fundamentos conceptuales de la realidad. Incluye los paradigmas fundadores que comprenden no sólo el marco teórico reconocido sino también el conjunto de disposiciones adquiridas por los miembros de una comunidad como las leyes, los procedimientos, los modelos y los ejemplos, procedimientos y esquemas.
Las cuatro dimensiones no están separadas sino son parte de una misma realidad. Están en interacción de una manera armoniosa. Son complementarias y están interrelacionadas. La ontología funda y condiciona las otras tres. Están íntimamente articuladas y son convergentes, cada una condicionada por la presencia de las otras.

Bibliografía:
Castillón, S. (2008) en su artículo Administración y Sabidurías. Esbozando algunos Nexos, Universidad EAFIT, N° 149, Colombia

viernes, 11 de febrero de 2011

EL PENSAMIENTO COMPLEJO

El pensamiento complejo surge como una propuesta intelectual para pensar el mundo de una manera transdisciplinaria y holística, sin abandonar la noción de las partes, frente a la tendencia de los científicos y académicos a la división y subdivisión disciplinaria, a la disyunción y a la especialización.

Edgar Morin, pensador francés, fue el primero en proponer la noción de pensamiento complejo elaborando una propuesta paradigmática que permitiera promover UNA MENTE INTEGRADORA.

De allí que, el pensamiento complejo es un pensamiento que se reconoce como local (ubicado en un contexto determinado), no es completo y se auto-eco-organiza en función de la incertidumbre, rechaza el dogmatismo, privilegia la estrategia y no lo pragmático.

El pensamiento complejo realiza la rearticulación de los conocimientos mediante la aplicación de una serie de criterios o principios generativos y estratégicos establecidos en su método. Edgar Morin, en su obra El Método, propone tres conceptos que tienen un alto potencial integrador y que pueden ser aplicados de manera transdisciplinaria: La dialogía, la recursividad y la hologramía. (1) La dialogía establece que la coherencia de un sistema, ya sea biológico, social o cósmico, surge de la paradoja y del encuentro de fuerzas antagónicas a priori; (2) la recursividad va más allá del simple principio de retro-acción o feed-back desarrollado por la cibernética, incluyendo los conceptos de auto-producción y auto-organización: El sistema no sólo recibe una retroacción del medio, sino que ésta modifica la estructura misma del sistema y, (3) la hologramía que se puede resumir indicando que "la parte está en el todo, pero el todo está en la parte".
En la perspectiva de Morin, no se trata de deducir el método de una serie de principios epistemológicos generales, sino de volver a la búsqueda misma de las condiciones de posibilidad y pertinencia de una estrategia de investigación científica. El método de investigación, desde una óptica compleja, tiende a definirse como Meta-Método en la medida en el cual se concibe intrínsecamente como proyecto estratégico-reflexivo, es decir, una tensión de segundo orden hacia la búsqueda de sus propias condiciones de posibilidad y pertinencia.

Ante esto, es necesario valorar sí nuestro sistema educativo está preparando profesionales que conozcan y apliquen los principios del pensamiento complejo en sus trabajos de grado y en la búsqueda de soluciones a los problemas que la globalización ha traido al seno de las empresas, a la vida personal y a la sociedad en su conjunto.

jueves, 10 de febrero de 2011

INTERNET, el éxtasis inquietante

En este libro Alain Finkielkraut y Paúl Soriano exponen de una manera crítica lo que está pasando con Internet en la transmodernidad y como está afectando la vida y la identidad individual, la gestión de las empresas, la educación, la actividad política y la actividad cultural. En conclusión, Internet está afectando la vida de toda la sociedad en su conjunto.

La palabra más utilizada en el ciberespacio es Virtual. Según los autores hoy existe una realidad virtual, una comunidad virtual, una empresa virtual pero también una vida personal virtual. De allí surge un par de preguntas: ¿qué es lo real? y ¿qué es lo virtual?

Los autores tratan de dar una repuesta invocando a antiguos filósofos. Según ellos, para Aristóteles, lo virtual es algo que aún no es real; lo real es más y mejor que lo virtual; para Platón, lo real no es sino lo virtual degradado, sombras efímeras; sólo las ideas son puras, eternas e inmóviles. Indican los autores, que el ciberespacio, se parece más al mundo de Platón que al de Aristóteles con la diferencia de que las ideas platónicas son reemplazadas por el código binario cuyo dominio permite producir, reproducir y modificar a voluntad realidades y convertirlas en virtuales. Esta modificación pone de manifiesto la libertad individual de cada cibernauta, quien a voluntad propia y a su conveniencia, puede cambiar la realidad.

Recomiendo la lectura de este libro porque permite contraponer los puntos de vista de aquellos que promocionan el uso de Internet con los de aquellos que lo retractan.

Los autores:

Alain Finkielkraut es un escritor, profesor en la École Polytechnique y productor del programa Répliques en France Culture. Paúl Soriano dirige el Instituto de Prospectiva que trabaja sobre la economía y la sociedad en redes.  Está a cargo del capítulo francés de la Internet Society y de la Asociación por el Comercio y los Intercambios on line.