El éxito de las organizaciones depende
del líder, el cual debe contar con un conocimiento, una experiencia y una
voluntad de llevar a buen puerto a la empresa. El líder conduce a otros, en un
proceso, que permite alcanzar un determinado objetivo, meta o propósito, y crea
un ambiente donde todos los miembros de la organización se sienten
identificados con los lineamientos estratégicos.
En este artículo se busca describir
como el liderazgo de las organizaciones ha ido cambiando de acuerdo a los
enfoques modernista, postmodernista y transmodernista. Los gerentes han pasado
de ser líderes racionales y transaccionales a ser líderes emocionales y
transformacionales. Para entender estos cambios es necesario revisar los
estilos de liderazgo enmarcados en cada uno de los tres enfoques.
LOS PARADIGMAS
Para comprender las transformaciones
de la gestión gerencial, es importante mencionar el papel de los paradigmas,
los cuales han afectado la teoría y la praxis, generando distintos tipos de estructuras,
el manejo del poder y de la autoridad, la organización de los procesos
operativos, la comunicación integral y la implementación de las estrategias.
Según Kuhn, el paradigma es el que
coordina y dirige la resolución de los problemas y su planteamiento. Deben
estar sujetos a cambios y cuando un paradigma cambia, somos nosotros los que
cambiamos.
De allí, que los paradigmas al igual
que las personas y las organizaciones surgen, crecen, llegan a su madurez y
luego decrecen dando paso a nuevas formas de pensamiento. Cuando el paradigma
llega a su plenitud y aparecen nuevos patrones de pensamiento, se produce una
lucha entre el paradigma vigente en el momento y el paradigma emergente. Es un
período de transición donde se crea un caos, una confusión y una incertidumbre.
Dentro de los paradigmas, las teorías
del liderazgo han presentado diversos enfoques sobre el rol del rol del gerente
y las herramientas utilizadas para la toma de decisiones que conlleven al logro
de los objetivos corporativos.
En el
campo administrativo han surgido y desaparecido muchas teorías que han generado estilos
de dirección estratégica en las empresas. En principio, éstos se sostenían en
la creencia de que las economías, los mercados y los clientes se comportaban de
manera lógica y predecible alejándose de la realidad; las empresas se quedaron
en la rigidez de los planes, convirtiéndose éstos en recetas para producir
desastres empresariales.
En
este momento, las teorías indican que los gerentes están llamados a cambiar su
pensamiento disyuntor, divisor y especializado, caracterizado por la
simplificación y el análisis causa-efecto por un pensamiento complejo que dé respuestas
a los cambios y que vea la realidad como un todo donde cualquier factor puede
afectar el comportamiento y evolución de la organización. Es así como la Teoría
del Caos se presenta como una nueva perspectiva para la explicación de
ambientes dinámicos y turbulentos, alejándose de la visión mecanicista en los
modelos mentales de los gerentes para administrar las organizaciones.
EL LIDERAZGO
Cada cultura y cada sociedad tienen un
modo de pensar y conocer que define su racionalidad. Este es el camino por
donde circula todo el proceso, dando lugar a los paradigmas, los cuales no son
permanentes y cuando empiezan a cambiar generan cuestionamientos a los
supuestos básicos, generando desconfianza en la racionalidad imperante. La
cultura determina el perfil del líder requerido por cada organización o
sociedad.
Liderazgo en el
Modernismo
La Modernidad, de
acuerdo a Rodríguez, R. (2004), es el período de la economía industrial, del
predominio de la jerarquía en las organizaciones, de los avances tecnológicos y
científicos, de la expansión de los mercados, etc. Los principios que rigen
esta etapa tienden a la cohesión, la unidad, la afirmación, a un pensamiento
fuerte. El sujeto moderno actuante incide en los acontecimientos por su
implicación física en ellos. La razón era la protagonista fundamental del
modernismo. La verdad lógica era la base para una teoría racional del
mundo compuesto por cosas y seres cognoscibles y controlables.
En el enfoque
modernista, de acuerdo a De la Garza y Otros (2008) se considera a la razón
como única e invariable, se magnifica la racionalidad individual, la capacidad
de observación y la deliberación racional. El estudio sobre liderazgo se inicia
con la Teoría de los Rasgos cuya finalidad era identificar en los líderes las
características de personalidad dominantes.
Luego se comenzó a considerar el tema
de las contingencias que generaban la necesidad de un nuevo liderazgo. Bajo este
enfoque, el líder ideal era aquel capaz de adecuar su estilo a las demandas de
la situación, determinadas por las tecnologías, la innovación, la cultura y la
madurez de los subordinados. Se pensaba que el poder del pensamiento racional capacitaba a los hombres y por lo
tanto ayudaba al líder a perfeccionarse.
Durante la era modernista se le dio
mucha importancia a la observación. Se presumía que existía una realidad
organizacional concreta, un mundo objetivo que requería estudios empíricos. Se
enfatizaba la necesidad de la organización para obtener información
sistemática, hecho o datos para la toma de decisiones. Aquí se privilegia la
voz del líder quien observa y suministra información confiable. Esto dio como resultado el surgimiento de la
Teoría del Liderazgo centrado en los Resultados. El líder era el portador de la
verdad. El discurso racional debía cumplir reglas existentes en la tradición
cultural, surgiendo jerarquías de acuerdo al nivel educativo y el nivel
cultural.
De acuerdo a Light y Otros (1991), el
liderazgo adopta un enfoque transaccional por la interacción del líder con sus
seguidores, mejor conocido como el Liderazgo Carismático. El liderazgo convivió
con la ilusión de poseer la verdad y construyó un mundo de racionalidad
independiente e indiferente a la realidad humana.
Liderazgo en el
Postmodernismo
La crisis postmoderna atenta contra la
posibilidad, la legitimidad y la verdad objetiva. La economía es postindustrial,
surgen los medios masivos, la multicultura, la anarquía, la cultura de masas.
Los principios básicos son la disgregación, la negación, el pensamiento débil. Aparecen:
(1) la destemporalización o rechazo del concepto del tiempo continuo; (2) la
descentralización o pérdida de un centro único que da sentido a las partes; (3)
la desindividualización por la integración de los individuos a conceptos
abstractos como minorías, mercados, clases, etc.; (4) la desmasificación; (5)
la desterritorialización y, (6) la acumulación y reciclaje de materias primas,
del trabajo, de la información, etc.
El surgimiento de la globalización y
de las comunicaciones condujo a una ruptura del paradigma moderno para dar paso
a la postmodernidad. En este paso se produce un cambio en la concepción de los
medios de producción, especialmente, el capital como principal recurso hacia el
poder de conocimiento y la importancia de la información y de los recursos
humanos para lograr la competitividad.
Se pasó de las organizaciones
jerárquicas o piramidales donde el poder estaba centralizado en la parte
superior a organizaciones con estructuras planas, en red o de tipo circular,
del trabajo individual al trabajo en equipo, del liderazgo de una sola persona
al trabajo compartido, definido por Senge y otros (2000) como el liderazgo de la comunidad. Asimismo,
indica Senge que el líder es una persona que desempeña papeles críticos para
generar y mantener la tensión creativa dentro de la organización, independiente
del nivel ocupado e identifica tres tipos de líderes: 1) Líderes Locales de
Línea o personas con la responsabilidad para generar resultados; (2) Líderes de
Intercomunicación o creadores de comunidad y (3) Líderes Ejecutivos o personas
con visión estratégica, responsables por los resultados y generadores de los
cambios.
Surge una nueva forma de interpretar
la realidad, se pasa del individuo racional a la racionalidad comunitaria, se
critica la lengua como expresión de la racionalidad y se considera como un
sistema de significados. La lengua viene a ser un subproducto del intercambio
humano y su viabilidad depende de la cooperación vecinal, de allí, la necesidad
del trabajo en equipo. El líder aclara los procesos con los cuales es creada la
realidad y sensibiliza a sus subordinados sobre la necesidad de realizar
cambios organizados. El líder es una fuerza impulsora de la acción dentro de la
empresa.
El caos, la incertidumbre, el orden y
desorden, la ambigüedad que se respiran en la postmodernidad requieren de
nuevos parámetros para reorientar a las organizaciones como los lineamientos
estratégicos: misión, visión, valores, objetivos, metas, estrategias y
funciones. Surge la planificación estratégica corporativa.
Se flexibilizó la rigidez de las
organizaciones, surgió el modelo del liderazgo abierto y de mayor
participación. El líder construye sus propias representaciones de la realidad
que son compartidas y negociadas dentro de la organización de manera que el
nuevo modo de vida de la empresa es el comunicacional y el de relaciones. Los
recursos son las ideas y la información. Las empresas se aplanan, se destrona
el estatus, se eclipsan las jerarquías, se deslegitiman los criterios de
autoridad.
Liderazgo en la
Transmodernidad
Es la etapa caracterizada por la
globalización, la virtualidad, la telepresencia, el pensamiento único, las
tecnologías de la información, la estrategia, el caos integrado, la nueva
economía, Internet, la cibercultura, la sociedad del conocimiento. El sujeto
recibe la información y actúa sobre ella. Hay una transformación social,
aparecen las transacciones argumentativas de líneas de cuestionamiento, el
pensamiento multidimensional y sistémico. Lo local se convierte en translocal.
La situación mundial es un verdadero caos, lo que genera
incertidumbre, confusión, perturbación, inseguridad, ambigüedad, sensación de
pánico, de desorganización, de desorden, de anarquía y sensibilidad a las
condiciones esenciales que son impredecibles. Esta situación ha generado un
sinfín de cambios y ha hecho que emerjan nuevos paradigmas.
Las organizaciones en la actualidad
necesitan transitar en un ambiente caótico producto de la globalización y
mantener su competitividad y sostenibilidad a largo plazo. El paradigma vigente
es el haz de relaciones, el cual se ha visto fortalecido por la presencia de
Internet y la virtualidad.
Surgen las organizaciones
transcomplejas, las cuales son sistemas
alejados del equilibrio, sistemas caracterizados por su inestabilidad inherente
y por la presencia de fenómenos auto organizativos, sistemas en los que
predominan los procesos de carácter no lineal y en los que el azar juega un
papel importante en la determinación de sus futuros, futuros que son, por otra
parte, imprevisibles.
Aparece la
Programación Neurolingüística, la Inteligencia Emocional, el Liderazgo centrado
en Principios, el Aprendizaje Organizacional de Peter Senge, la Sociedad del
Conocimiento de Peter Drucker.
Se
desarrollan los equipos transdisciplinarios, surge la producción de riqueza en
el ciberespacio, la realidad virtual y la computación en la nube. Las
tecnologías de la información y de la comunicación (TIC’s) cambian las formas
de organizar, distribuir, producir y evaluar conocimientos y permiten el logro
de un individuo efectivo, los equipos de alto desempeño, una organización
integrada, una empresa ampliada y un negocio globalizado.
No se
privilegian los organigramas sino se enfatiza la flexibilidad organizacional,
por lo tanto, las estructuras están diseñadas con una elevada elasticidad para
el cambio. Son sistemas desmontables, aptos para integrar innovaciones.
Permiten utilizar la creciente densidad de interconexión de las redes sociales,
lo que facilita su acceso al mercado global.
La
asertividad es un activo. Hace que el
Gerente-Líder esté bien capacitado para integrarse totalmente a cualquier
equipo y liderarlo de manera efectiva, implica respeto hacia sí mismo y hacia
los demás, le ayuda a comunicarse mostrando su potencial humano.
Liderazgo
Motivacional y Transformacional en Organizaciones Transcomplejas
Según
Romero O. (1999), el liderazgo motivacional es “la influencia que unas personas
ejercen sobre otras basadas en característica personales estimuladoras del
crecimiento de los demás”. La motivación del poder interior se expresa en
términos de manejo eficiente de su comportamiento emocional (autocontrol) y de
su desenvolvimiento en el manejo de situaciones adversas.
Por su
lado, el liderazgo transformacional es una extensión del liderazgo emocional.
El crecimiento personal es importante pero para que sea compartido requiere del
apoyo de la organización. El líder ejerce tanto cambios positivos tanto en las
personas como en la organización. Hace que se elimine la comunicación vertical
y se implemente la comunicación en cualquier dirección, conformando una red
donde todos los trabajadores participan. El líder transformacional es capaz de
manejar la incertidumbre y convertir a la empresa en una organización
inteligente, donde los trabajadores pueden expandir su aptitud para crear e
innovar y donde la gente aprende a aprender en su conjunto. Los nuevos líderes
deben mostrar directrices organizacionales y gerenciales innovadoras, deben
generar estrategias para adaptar la organización a las situaciones de cambio, fomentar
el pensamiento disruptivo con respecto al replanteo de ideas, uso de nuevas
tecnologías, diseño de métodos distintos a los tradicionales. Deben elevar el
nivel de desempeño, desafiar el orden establecido, proporcionar herramientas y
estimular iniciativas y la innovación.
CONCLUSIÓN
Como se
puede notar el estilo de liderazgo de las organizaciones está enmarcado dentro
del paradigma vigente en cada uno de los enfoques.
Las
organizaciones son sistemas de valores, que no solo deben generar riqueza sino
atender a las responsabilidades sociales y evaluar los impactos de su actividad
en la sociedad de allí la importancia de un buen líder.
Los líderes
como conductores de la actividad empresarial juegan un papel muy importante en
crear y mantener ventajas competitivas, en asegurar la buena gobernabilidad, en
trabajar por la sostenibilidad corporativa a largo plazo y en transitar por el
caos que nos ha tocado vivir y salir de él de una manera exitosa.
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